Ni luna llena, ni lágrimas de San Lorenzo. La que parecía la noche ideal para hacer fotografías, en la que hasta los astros parecían haberse puesto de acuerdo, se tornó oscura y tormentosa. Pero aun así decidimos enfrentarnos a la tormenta e intentar capturarla. Contemplamos decenas de rayos, los cuales eludían nuestros objetivos una y otra vez como si conocieran nuestras intenciones.
A pesar de ello conseguimos nuestro objetivo original, que era hacer una panorámica de la nueva iluminación de Toledo. Y para muestra, una foto... o más bien nueve.
La panorámica es la fusión de 9 fotos tomadas en vertical y unidas mediante Autopano.
Gracias de nuevo a Daniel López por enseñarme y por la paciencia ante todas mis dudas posteriores. Lejos de aprender la lección de no salir en noches como esa, esperamos intentarlo de nuevo con energías renovadas y mejores condiciones meteorológicas.
Espero que os guste y la comenteis.